22.8.11

A orillas del Danubio II








Bebiendo una cerveza de cereza en la Romai Fellini. Mis pies juegan con las piedras mientras suena música feliz. Estamos tumbadas en hamacas pintadas a rayas. Cojo la piedra más plana que encuentro y la lanzo con todas mis fuerzas. Sin odio. Simplemente para hacerla rebotar, como cuando eres pequeña. Olga explica como liaba porros su vikingo mientras Mañi la escucha y usa su propia técnica. El camarero recoge los vasos desperdigados por las mesitas con una cesta. Viste una camisa a rayas a juego con las hamacas. Lo voy a llamar Gio porque es el nombre más acorde con el lugar. Mañi hunde los pies en la orilla de piedras hasta encontrar el agua. Suena Yann Tiersen, la escena no puede ser más perfecta. Bueno sí. Mi letra cada vez es más pequeña e ilegible. Me dedicaré unos segundos a grabarlo todo en mi mente. Amelie. Las olas. El murmullo de la gente. El crujir de las piedras. El rasgar de mi bolígrafo. La sensación embriagadora. La brisa estupenda. La luz amarilla. El olor a cielo. El reír de los niños. Todo está bien. Pequeña, muy pequeña hasta desaparecer...







m.

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